jueves, 28 de noviembre de 2013


Madre amada 

Quisiera calificarte, el género lírico elijo, para poder adornarte, con las cosas más hermosas, porque eres blanca rosa, caricia de terciopelo, cielo azul y brisa suave, mar en calma; mar sereno. Nada pides, sólo das, y te fluye natural tanta generosidad. Balsámicos son tus besos, tus palabras tranquilizan y en tu infinita bondad, diáfano es tu mirar. De jazmines tu perfume, temple de acero tienes cual roble por tu firmeza siempre escondes tu tristeza no hablas de tus dolores y a pesar de tus angustias siempre tienes para mí la sonrisa floreciente cual sol naciente de abril. Eres tú, madre, querida la que ilumina mi vida, inagotable es tu amor maravillas me
enseñaste a ser todo lo que soy.

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